La civilización islámica dejó como legado en España un enorme patrimonio arquitectónico y artístico. Durante ocho siglos, una importante parte de España se encontró bajo dominio musulmán. Ese periodo, que entrañó importantes avances (científicos, agrícolas, culturales…) no sólo para España, sino para el conjunto Europa, dejó además muestras de una impresionante arquitectura que aún hoy en día adorna las ciudades españolas. Este patrimonio nos recuerda la historia compartida y la proximidad cultural que mantenemos con esa civilización islámica. La Opinión de Tenerife nos muestra algunas de estas magníficas joyas arquitectónicas.
El dominio árabe dejó como legado en España un enorme patrimonio arquitectónico y monumental que en numerosos casos conserva el esplendor de una civilización que alcanzó un extraordinario grado de desarrollo y refinamiento artístico. Palacios, mezquitas y fortalezas siguen siendo orgullosos testigos de una era fundamental de nuestra historia son hoy algunos de los monumentos más visitados de Europa.
La Alhambra de Granada
El complejo de la Alhambra de Granada es sin duda el referente de la arquitectura y el arte musulmán en España. El mejor palacio árabe del mundo y uno de los monumentos más espectaculares del planeta rebosa belleza en cada rincón de sus salones y patios. La residencia de la corte del Reino nazarí creó un espacio para el disfrute de los sentidos en el que la armonía y el refinamiento del diseño y la decoración de la civilización musulmana alcanzaron cotas de perfección casi inigualables.
El Generalife
Ubicado junto a la Alhambra, el Generalife es la villa que los reyes musulmanes utilizaban como lugar de recreo y descanso. Como en la Alhambra, destaca poderosamente los sistemas de canalización del agua utilizados, pero la belleza excelsa del recinto reside en la armonía y delicadeza del reparto de los espacios y el diseño y cuidado de los jardines, patios y albercas.
Mezquita de Córdoba
Si la Alhambra y el Generalife son los grandes ejemplos de arquitectura árabe civil en España, la Mezquita de Córdoba lo es en la arquitectura religiosa. Originalmente basílica visigótica, los musulmanes levantaron sobre ella un espacio de culto cuyo sobrecogedor bosque de columnas es su seña de identidad más característica. Pero el templo, que hoy alberga también la Catedral de la Asunción de Nuestra Señora, rebosa belleza también en sus puertas y, especialmente en su riquísimo mihrab.
Palacio de Medina Azahara
Desafortunadamente, el complejo árabe de Medina Azahara, en Córdoba, no ha podido conservarse hasta nuestros días en todo su esplendor. Ideada como palacio y ciudad del califa cordobés Abderrahman III, hoy se puede comprobar su antigua pujanza en los restos del Palacio de Zahra y sus dos grandes salones. Destacan sus pavimentos de mármol y su decoración geométrica y floral.
Aljafería de Zaragoza
Que el legado de la civilización musulmana no se reduce al sur de la península da muestras el palacio de la Aljafería de Zaragoza. Esta fortaleza, que ha sufrido diversas modificaciones a lo largo de su historia y hoy aparece bajo la forma de un castillo cristiano, alberga en su interior el diseño y la ornamentación del antiguo alcázar musulmán, símbolo del poder de los reinos de taifas, del que son testigos los arcos lobulados, la mezquita y el patio. Hoy alberga las Cortes de Aragón.
Giralda de Sevilla
La Giralda, símbolo de Sevilla, se levanta hoy como el imponente campanario de la catedral, pero en su origen fue el minarete de la mezquita. Los dos tercios inferiores de la torre actual son precisamente los de la construcción musulmana, reconocibles por su característica ornamentación árabe. Una rampa en espiral permite acceder hasta lo más alto.
Torre del Oro de Sevilla
Esta torre de origen árabe ha sido reconstruida en varias ocasiones. Originalmente tenía una función defensiva, ya que formaba de un tramo de muralla defendían el Alcázar de la ciudad. Tras ser reconquistada Sevilla, albergó una capilla e incluso fue cárcel. Recibe el nombre de Torre del Oro por el color de su reflejo sobre el río Guadalquivir, junto al que se levanta.
La Alcazaba de Málaga
Esta fortaleza-palacio, diseñada como un recinto de murallas concéntrico, es otro de los grandes ejemplos de la arquitectura árabe en España. Adosada a los pies del monte Gibralfaro, la alcazaba de Málaga no conserva prácticamente ni la mitad de su extensión, pero de los elementos hoy visibles se puede deducir la importancia de la plaza. Se pueden apreciar aún los espacios de su diseño urbano, con puertas, arcos y el antiguo barrio de viviendas.
Mezquita del Cristo de la Luz de Toledo
La ermita del Cristo de la Luz, anteriormente mezquita de Bab al-Mardum, o mezquita del Cristo de la Luz es el templo islámico mejor conservado de Toledo y el ejemplo del esplendor del Califato de Córdoba. Posteriormente, al convertirse el pequeño espacio al culto cristiano se le añadiría un nuevo cuerpo en arte mudéjar, que da forma al ábside de la ermita.
Castillo de Gormaz
Otro ejemplo de arquitectura islámica en el norte de la península es el de la fortaleza de Gormaz, en Soria, ceca de El Burgo de Osma. Su muralla se levanta imponente en un promontorio sobre el campo castellano. Además de su relevancia como plaza militar, esta construcción fue la fortaleza medieval más grande de Europa. Su puerta califal lleva el sello del arte musulmán.
Fuente: La opinión de Tenerife
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