La abogada del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sostiene que las empresas en Europa pueden prohibir a sus empleadas que lleven velo, o hiyab, si vulnera la neutralidad religiosa.
En la FUNCI pensamos que el uso del hiyab es una elección de carácter personal respetable, pero que en ningún caso define en sí misma el islam ni debería de acaparar los debates y discusiones en torno a él, ya que nunca ha sido una cuestión central en los textos sagrados ni a lo largo de la Historia. No obstante, la insistencia por parte de los islamófobos conservadores y «progresistas» en asociar esta prenda con el radicalismo, y la intransigencia de ciertas instituciones en torno a ella, nos obliga a dar voz a quienes defienden la libertad religiosa e individual siempre que no atente contra el bien común.
Por ello reproducimos este artículo de Ángel Álvarez Hernández publicado el 03-06-2016 en webislam, así como el vídeo «Mi derecho proscrito», realizado por Vicente Mota (Mansur) y Hasan Fakach.
Desenmascarando a Kokott, abogada del Tribunal de Justicia de la UE
Ángel Álvarez Hernández
Julianne Kokott, abogada del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, sostiene que las empresas en Europa pueden prohibir a sus empleadas que lleven velo, o hiyab, si vulnera la neutralidad religiosa. Ante tales afirmaciones deberíamos decir a la jurista Julianne Kokott, que la religiosidad o espiritualidad de cada mujer musulmana debe ser respetada, siempre y cuando no vulnere la seguridad ciudadana, y que el hecho de que una mujer lleve velo, o hiyab, trabajando como cajera, abogada, juez, policía, médico o funcionaria pública, no ocasiona ningún tipo de alarma social o peligrosidad. Mujeres trabajando con hiyab existen en la policía y los hospitales de multitud de países, y la profesionalidad de estas personas no se ve perturbada por sus creencias religiosas, del mismo modo que las creencias religiosas de un juez cristiano, budista o ateo, conservador o progresista no deben afectar a sus resoluciones judiciales.
Prohibir a las mujeres musulmanas usar velo, o hiyab, en su trabajo, contribuye a que muchas de ellas tengan que elegir entre su fe y su trabajo, ocasionando un gran dolor moral innecesario. Si mañana la jurista Julianne Kokott, viaja a un país de mayoría musulmana y sufre un accidente, no creo que la importe mucho ser atendida por una enfermera y una doctora con velo, o hiyab. Que una mujer use hiyab no significa que sea sumisa o que pierda su dignidad como mujer, sino que tiene una fe que exterioriza, conforme a sus creencias, sin imponérsela a nadie, ni molestar u ofender a otras personas.
Las personas a quienes les ofende que una mujer use hiyab caen en islamofobia, que es un miedo irracional e injustificado hacia el islam. Usar hiyab, no significa ser simpatizante de ningún grupo terrorista desviado del islam, del mismo modo que comer pizza no convierte a nadie en un furibundo nacionalista italiano dispuesto a poner bombas.
Las mujer que usan hiyab piensan de maneras muy diferentes, y sobre todo son nuestras conciudadanas, nuestras madres, nuestras hijas, nuestras esposas, nuestras vecinas, nuestras amigas o nuestras hermanas, y no hay nada malo en ninguna de ellas.
Lo importante no es el hiyab sino el hermoso cerebro que tapa, por eso muchas de ellas son catedráticas, profesoras o arquitectas, que diseñan una vida mejor para la humanidad. Obligarlas a quitarse el hiyab es, de alguna forma, desnudarlas, humillarlas, forzarlas a hacer algo que no ocasiona ningún mal a nadie.
La jurista Julianne Kokott, debería ponerse en la piel de estas mujeres, y presentarse en la cola de un supermercado, para comprobar si una cajera la atiende mejor o peor por llevar hiyab, y debería hacer un esfuerzo por comprender a estas mujeres, que viven su espiritualidad sin hacer daño a nadie, cuidando de sus familias y de su trabajo.
Medalla con cruz
A nadie debería ofenderle que un cristiano lleve una medalla con una cruz. Los símbolos religiosos no deberían ofender a nadie, siempre que no vulneren la seguridad ciudadana o generen alarma social. Quienes se ofenden por los símbolos religiosos o cuando ven a mujeres con hiyab, tienen un problema que solo se cura con respeto, tolerancia y conocimiento, para poder apreciar la rica diversidad del ser humano.
La jurista Julianne Kokott, se olvida de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que en su artículo 18 establece:
“Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, mediante la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.” Declaración Universal de Derechos Humanos
La Declaración Universal de Derechos Humanos, en su artículo 2 prohíbe toda forma de discriminación religiosa.
El pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos, ratificado por 144 naciones, señala que «cada Estado Parte en el presente Pacto se compromete a respetar y a garantizar a todos los individuos dentro de su territorio y que estén sujetos a su jurisdicción los derechos reconocidos en el presente Pacto, sin distinción de ningún tipo, como la raza, color, sexo, idioma, religión, políticas o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.»
Según la jurista jurista Julianne Kokott, «Mientras que un trabajador no puede ‘dejar en el guardarropa’ su sexo, su color de piel, su origen étnico, su orientación sexual, su edad o su discapacidad, cuando accede a las instalaciones del empresario, sí se le puede exigir cierta reserva en el puesto de trabajo respecto al ejercicio de su religión».
Motivo de ofensa
A estas manifestaciones de la jurista Julianne Kokott queremos responder que no es necesario que las personas escondan su religiosidad, porque altera o afecta a su trabajo, ni debería ser motivo de ofensa para nadie. Que una empleada de un bar tenga rastas, cresta o pendientes, no debería violentar a nadie, si hace su trabajo correctamente.
Que una mujer use falda o pantalón trabajando en una librería no debería ofender a nadie, si su trabajo se desarrolla correctamente, y si una mujer usa velo o hiyab, o lleva una cruz o un símbolo budista o ateo, no debería ofender a nadie si hace correctamente su trabajo, con la debida diligencia. Por qué vamos a pedir una mujer que esconda su fe, si esta no es motivo de ofensa, ni ocasiona perjuicio alguno. Dejemos que las personas sean libres y se desarrollen libremente.
La Declaración sobre la eliminación de todas las formas de intolerancia y discriminación fundadas en la religión o las convicciones, adoptada en 1981, entiende por «intolerancia y discriminación» toda distinción, exclusión, restricción o preferencia fundada en la religión o en las convicciones y cuyo fin o efecto sea la abolición o el menoscabo del reconocimiento, el goce o el ejercicio en pie de igualdad de los derechos humanos y las libertades fundamentales.
La jurista Julianne Kokott, con su informe elimina del mercado laboral a todas las mujeres que usen velo, o hiyab, si no se lo quitan a requerimiento de su patrón. Es decir que una mujer religiosa que use hiyab, tendrá menos oportunidades laborales que una mujer sin hiyab, lo que en si mismo constituiría una vulneración de todas las declaraciones internacionales que hemos citado. Para la jurista Julianne Kokott, una empresa puede por una «política legítima de neutralidad religiosa y de convicciones», siempre que se respete el «principio de proporcionalidad», imponer a sus empleadas que no usen hiyab.
Contrariamente a lo que opina la jurista Julianne Kokott, nosotros entendemos que neutralidad religiosa, no significa la prohibición de símbolos religiosos, sino la aceptación de todos los símbolos religiosos o no, de tal manera, que en una misma empresa o en un mismo lugar de trabajo puedan convivir judíos, agnósticos, ateos o musulmanes, sin tener que ocultar sus creencias. Eso si es respeto y tolerancia, y no la prohibición de los símbolos religiosos de las personas creyentes.
La jurista Julianne Kokott considera que «no existe una discriminación directa», cuando a una mujer se la prohíbe en su trabajo usar el velo. Nosotros entendemos que una sociedad sana es aquella que no se ofende cuando una mujer usa hiyab, o se pone en minifalda o lleva una cruz en su pecho. Una sociedad madura es la que acepta a los seres humanos tal y como son, siempre que no generen alarma social o constituyan un peligro.
Una monja con velo que cuida enfermos es tan respetable como una enfermera musulmana con hiyab, y la persona que está siendo cuidada estará igualmente agradecida a cualquiera de las dos mujeres, del mismo modo que si estas mujeres fueran ateas o agnósticas. Lo que debe importarle al enfermo es el cuidado que recibe, no los símbolos religiosos de quien le cuida, salvo que sea islamófobo, anticristiano o sufra fobias.
Contrariamente a lo que los islamofobos dicen cuando afirman que el velo constituye «una amenaza para la dignidad y libertad de la mujer», nosotros entendemos que la espiritualidad o religiosidad de una mujer que usa hiyab no la denigran, sino que son aquellos que la prohíben usarlo quienes la denigran, porque no respetan su libre elección y su derecho a desarrollar su religiosidad con plena libertad. Nadie debe obligar a una mujer a usar o dejar de usar hiyab, en ningún lugar público o privado, porque el hiyab es un símbolo de respeto que no atenta contra nadie.Son las mujeres musulmanas quienes deben elegir su destino, porque son lo suficientemente maduras e inteligentes, y no necesitanetar tuteladas por nadie ni que nadie les diga lo que ha de vestir.
«Mi derecho Procrito»
7 comentarios
«nunca ha sido una cuestión central en los textos sagrados ni a lo largo de la Historia»
«Prohibir a las mujeres musulmanas usar velo, o hiyab, en su trabajo, contribuye a que muchas de ellas tengan que elegir entre su fe y su trabajo, ocasionando un gran dolor moral innecesario»
Conste que no estoy a favor de prohibir nada (como tampoco tatuajes o piercings), pero estas 2 oraciones en el mismo texto son una gigantesca contradicción.
Buenas tardes.
La cuestión es que el texto de introducción lo hemos escrito en la redacción de la FUNCI, mientras que el resto es la reproducción de un artículo de otra persona. En nuestra introducción no decimos que la mujer musulmana no deba vestir el ‘hiyab’ y que no sea una prenda propia del islam, sino, simplemente, que su uso, al que tanta importancia se da en la actualidad de una parte y de otra, ni es un pilar del islam (como sí lo son en cambio la oración, el ayuno, el impuesto solidario, o sadaqa, etc), ni es una cuestión central, ya que apenas se menciona en los textos del islam: Corán y Sunna. Sí son en cambio cuestiones de mayor relevancia en el islam el concepto de justicia, de ayuda al necesitado o la rectitud en el comportamiento, por mencionar tan solo algunas.
Otra cosa es que muchas mujeres musulmanas, como el autor del artículo afirma, deseen llevar el velo porque para ellas simboliza la corrección y el cumplimiento de los preceptos religiosos. Derecho que consideramos no ofende a nadie ni debería ser vulnerado.
Hola. Me perece muy interesante el articulo. Soy musulmana y estudiante de enfermería. He tenido algunos problemas a la hora de hacer mis prácticas en los hospitales llevando el hijab. A raíz de eso he pensado oportuno realizar mi trabajo final de grado sobre este tema. Me gustaría ponerme en contacto con ustedes para obtener más información y conocer a personas que hayan pasado por la misma situación. Me gustaría hacer entrevistas tanto a personal sanitario como estudiantes musulmanes.
Espero vuestra colaboración.
Saludos
Hola Fatima,
Muchas gracias por tu mensaje y tu interés. Nos vamos a poner en contacto contigo por correo electrónico, para poder facilitarte más información.
Un saludo,
hola buenas , yo también soy estudiante de enfermería y voy a hacer las practicas pero no me dejan llevar velo pero yo les dije que no me lo puedo quitar mi velo es mi todo es mi vida no lo puedo quitar y bueno he leido este articulo y la verdad es que me gusto mucho , me gustaría estar en contacto con ustedes para mas información ,Gracias saludos.
Hola Asmae,
Gracias por tu interés a ti también. Nos ponemos en contacto contigo por email para que podamos seguir en contacto.
Un saludo,
Buenas tardes Asmae
Solo decirte que sigas adelante y nunca renuncies a tus principios y sobre todo a tu religión.
Yo también me he negado a quitármelo y aquí estoy haciendo prácticas en 4 curso. No pasa nada por llevar hijab , no repercute en ninguna tarea. Además es más higiénico que llevar el pelo suelto.
No somos las primeras a las que se han dirigido para prohibirnos llevar el hijab en prácticas, la diferencia es que las demás se dan por vencidas y se lo quitan o dejan la carrera.
Sólo y únicamente creando esa diferencia, en un futuro podran darnos la libertad de ejercer como cualquier otra persona y se nos reconozca como profesionales.
Sólo hay que tener paciencia y buena fe, porque Allah te ayudará.
Saludos y mucha suerte.