El pasado 29 de abril, Daniel Gil-Benumeya, coordinador del Centro de Estudios sobre el Madrid Islámico (CEMI), perteneciente a la Fundación de Cultura Islámica (FUNCI), defendió su tesis doctoral, bajo el título de “Islamofobia, racismo e izquierda. Discursos y prácticas del activismo en España”. Esta aclamada tesis obtuvo una calificación de Sobresaliente “Cum Laude”. Daniel Gil-Benumeya es, también, especialista en el Madrid islámico e investigador y profesor de la Universidad Complutense de Madrid.
La islamofobia es un dispositivo que justifica, produce y reproduce la subalternización del islam y de las personas musulmanas, en el marco de una problematización que empieza a formarse en los años setenta del siglo XX y cristaliza tras el 11 de septiembre de 2001 (11 S). Existe una larga discusión sobre las implicaciones del término islamofobia y la caracterización del fenómeno al que se refiere, pero la mayoría de los autores coinciden en que no se trata solo de una hostilidad contra el islam como religión y cultura sino también de una discriminación contra las personas percibidas como musulmanas. En ese sentido, la islamofobia es una forma de racismo y, como este, es funcional a unas determinadas estructuras sociales y se relaciona con estrategias políticas concretas.
La tesis pretende es comprender qué elementos propician o dificultan la existencia de prácticas discursivas y posiciones políticas respecto a la islamofobia y el racismo.
El propósito de esta investigación es 1) aproximarse a las construcciones discursivas de la izquierda española sobre la islamofobia y el racismo, así como a los silencios, considerados también como prácticas discursivas; y 2) tratar de entender cuál es el papel que juegan la islamofobia y el racismo dentro del campo social del activismo de izquierdas y su espacio discursivo. Dicho de otro modo, lo que se pretende es comprender qué elementos propician o dificultan la existencia de prácticas discursivas y posiciones políticas respecto a la islamofobia y el racismo y para qué sirve, dentro del campo social de referencia, sostener unas posiciones u otras (o ninguna).
Para ello, se ha recurrido, por un lado, a analizar el contexto social e histórico, prestando especial atención a las estrategias políticas conectadas con la problematización del islam, las migraciones y la diferencia cultural, así como a los posicionamientos y debates que han surgido en el seno de las izquierdas europeas en relación con estas cuestiones. Y, por otro, se ha realizado una investigación empírica de los discursos de la izquierda española sobre racismo, islamofobia y temas relacionados, mediante análisis de programas electorales y un trabajo de campo que incluye la realización de entrevistas en profundidad a dos decenas de activistas de formaciones y movimientos sociales de izquierdas.
Conclusiones generales
Las conclusiones generales de la investigación muestran que, en la política española, la islamofobia y las demás construcciones racistas tienen un papel más discreto que en los discursos políticos producidos en otros lugares de Europa, y consecuentemente también constituyen una preocupación secundaria en las organizaciones de la izquierda y los movimientos sociales. Es esta una situación que está en proceso de cambio debido a los procesos recientes de subjetivación política de personas racializadas, la aparición en el espacio discursivo de la izquierda de los discursos descoloniales, el auge de la ultraderecha tanto en el terreno electoral como en la producción de discursos hegemónicos y los réditos electorales que proporcionan ciertas formas de antirracismo. Se trata sin embargo de un proceso que no se está dando sin tensiones y desencuentros. La asunción de que la izquierda es antirracista de por sí ha facilitado que, históricamente, y aunque fuera de un modo marginal e imperfecto, haya sido a menudo el activismo de izquierdas el que ha sostenido y hasta protagonizado las luchas antirracistas. Pero esa misma asunción, lejos de facilitar el debate sobre el racismo, ha enfatizado la acción sobre la reflexión y ha generado más silencios, evitaciones y carencias conceptuales que discurso.
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