Tercera entrega del informe “Islamofobia en España. Informe nacional de 2015” de la Fundación de Cultura Islámica. En ésta entrega se realizan diversas observaciones sobre el tratamiento del Islam en el ámbito político y sus repercusiones para la comunidad musulmana. (Pincha aquí para leer las entregas anteriores)
Cuando nos referimos al sistema político y a la presencia de partidos de extrema derecha que incluyen afirmaciones racistas e islamófobas en sus programas, es necesario señalar, en primer lugar, que en España este tipo de partidos apenas ha logrado, históricamente, representación parlamentaria. Su presencia, por tanto, aunque preocupante en las comunidades en las que han adquirido más fuerza, no tiene un impacto en el desarrollo de la política nacional o regional. Existe una excepción, sin embargo, y es el caso de Cataluña, en el que el partido de extrema‑derecha Plataforma per Catalunya (PxC) logró obtener 8 concejales en las elecciones al Parlamento de Cataluña de 2015; un número, no obstante, mucho menor que los 67 concejales obtenidos en 2011.
En este sentido, las elecciones autonómicas y municipales y el desafío secesionista catalán han tenido un efecto polarizador sobre la población, conduciendo a una radicalización preocupante de los partidos conservadores, que han adoptado numerosas consignas xenófobas en un intento de diferenciación. Este es el caso del Partido Popular (PP), que en su campaña electoral empleó eslóganes como “No dejes que el Raval se convierta en un gueto islámico”, «Limitaremos la proliferación de locutorios, bazares y kebabs», “No a la gran mezquita de Cornellá” y, el más impresionante de todos, “Limpiando Badalona”. El responsable de esta última campaña, Xavier García Albiol, exalcalde de Badalona, fue, posteriormente, nombrado candidato del PP para el gobierno autonómico de Cataluña en las elecciones de septiembre de 2015, en un claro mensaje del partido al electorado más conservador. En este sentido, el problema que entrañan las elecciones, como señala Albert Mora, profesor de sociología en la Universidad de Valencia, es que “los ayuntamientos se ponen habitualmente del lado de quienes ven como potenciales electores, y la mayoría de los musulmanes no tienen derecho a voto” (Llopis: 2015).
Lamentablemente, el rechazo a la presencia del Islam en los espacios públicos es muy común, algo que queda patente en los debates que rodean a las mezquitas y cementerios musulmanes.
Como señala la UCIDE, los gobiernos locales ponen generalmente muchas trabas a la concesión de licencias para construir mezquitas y son aún más reticentes a permitir el establecimiento de pequeños oratorios con fines de culto (Informe especial 2014, UCIDE). Albert Mora, en su estudio sobre la situación de las mezquitas en Cataluña —aunque esto puede extrapolarse al conjunto de España— concluye que es posible distinguir una tendencia a la exclusión de las mezquitas del centro de las ciudades y su establecimiento en la periferia de las mismas (Llopis: 2015). Este rechazo ha encontrado gran apoyo entre los partidos políticos y la población.Un caso de especial interés es el de la Mezquita/Catedral de Córdoba y la controversia que ha generado su identidad. Esta controversia comenzó en 2006, cuando la mezquita fue registrada como propiedad de la Iglesia, la cual defiende su pertenencia desde el año 1236. Como consecuencia de este cambio en el registro, se ha producido un aumento en la presencia de símbolos católicos en el monumento, tal y como denuncia la Plataforma Mezquita‑Catedral de Córdoba. La polémica resurgió durante las elecciones al parlamento de Andalucía (22 de marzo de 2015), dividiendo a los partidos conservadores y progresistas en torno a la cuestión.
En lo que respecta a los cementerios, de acuerdo con los datos del Observatorio para el pluralismo religioso del gobierno en España, en la actualidad existen 24 cementerios musulmanes en el país. Estos cementerios constituyen una realidad compleja, y su situación varía de un lugar a otro, dependiendo de su contexto histórico, del marco legal y del interés y las relaciones entre los gobiernos municipales y las comunidades musulmanas. Esta cuestión es, no obstante, relativamente reciente, habiendo sido hasta ahora frecuente la repatriación del cuerpo al país de origen, frente a su enterramiento en España (Tarrés y Moreras, 2013: 314).
Las cifras actuales, sin embargo, muestran un desequilibrio entre la cantidad de cementerios musulmanes y la población musulmana que reside en el país.
A este desequilibrio contribuyen los obstáculos normativos existentes, debido a las restricciones legales al entierro de los cuerpos directamente en la tierra (en la actualidad, sólo algunos municipios de Andalucía permiten esta práctica). El análisis de esta situación requeriría, sin embargo, un estudio más detallado y en profundidad.
Bibliografía
Llopis, Enric (2015). “Islamofobia: odio y rechazo a la mezcla cultural”, [en línea] Rebelión, 25 de junio de 2015. Disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=200375
Observatorio Andalusí (2015). “Estudio demográfico de la población musulmana. Explotación estadística del censo de ciudadanos musulmanes en España referido a fecha 31/12/2014” [en línea], UCIDE. Disponible en: <http://observatorio.hispanomuslim.es/estademograf.pdf>
Observatorio Andalusí, “Informe especial 2014” [en línea], UCIDE. Disponible en: <http://observatorio.hispanomuslim.es/isj14.pdf>
Tarrés, Sol y Moreras, Jordi (2013). “Topografía de la otra muerte. Los cementerios musulmanes en España (siglo XX-XXI)”, en Religio in labyrintho, (ed.) José J. Caerols. Madrid: Escola y Mayo: 309-321.
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