Observaciones finales de la 14 edición del Congreso internacional sobre relaciones interreligiosas, organizada por el Centro Internacional para el Diálogo Interreligioso de Doha (DICID) y que se celebró los días 24 y 25 de mayo de 2022.
En el nombre de Alá, el más clemente, el más misericordioso
Bajo el patrocinio de Su Excelencia, el Jeque Khalid bin Khalifa bin Abdulaziz Al Thani, Primer Ministro y Ministro del Interior; el Centro Internacional de Doha para el Diálogo Interreligioso celebró en la capital de Qatar, Doha, la 14ª Conferencia Interreligiosa de Doha 2022 los días 24 y 25 de mayo de 2022. La Conferencia se desarrolló bajo el título: «Religiones y discursos de odio… Escrituras y práctica», e incluyó la participación de líderes políticos y religiosos, grandes personalidades, intelectuales, legisladores, pensadores e investigadores de los estudiosos de las tres religiones monoteístas (islam, cristianismo y judaísmo) de todo el mundo. El número total de participantes del extranjero fue de 263 colaboradores de 78 países, además de los participantes del Estado de Qatar.
Al comienzo de la conferencia, en la sesión de apertura, el Excmo. Sr. Sultán bin Saad Al-Muraikhi, Ministro de Estado de Asuntos Exteriores, pronunció un discurso de apertura en el que dio la bienvenida a los asistentes. Elogió el título de la conferencia, apreció la diversidad de los temas seleccionados y las condiciones científicas establecidas para aceptar las contribuciones. Su Excelencia subrayó que la lucha contra la incitación al odio es un asunto serio que requiere una enorme cooperación para alcanzar los objetivos de los organismos de diálogo interreligioso mediante contribuciones relevantes, estudios y análisis en profundidad y debates eficaces entre los líderes de las principales religiones del mundo, que incluyan también a investigadores e intelectuales.
Tras la sesión de apertura, y durante los dos días de la conferencia, se celebraron debates en tres sesiones plenarias, nueve sesiones paralelas y una sesión de clausura. Las conferencias incluyeron muchas y buenas ponencias, con experiencias prácticas y la exposición de actividades.
Estas observaciones finales incluyen las conclusiones y recomendaciones a las que se llegaron durante estas sesiones:
Primero: La conferencia afirma que todas las religiones llaman al respeto y a la paz y que condenan todas las formas de discurso de odio, extremismo, racismo y discriminación basada en la religión, el género o la raza.
Segundo: La conferencia subraya que enfrentarse a los pensamientos y acciones extraterrenales es un deber humano y una noble labor. Los participantes trabajarán juntos para combatir el terrorismo y el extremismo a nivel de los individuos, las instituciones, los líderes religiosos y las sociedades políticas y civiles con el fin de establecer la ética humana, difundir la paz y el amor y construir un mundo civilizado.
Tercero: La condena de todas las formas y tipos de discurso de odio y el rechazo de los comportamientos y prácticas de los grupos extremistas que se autodenominan religiosos, cuando la esencia de la religión está muy alejada de sus hechos y acciones.
Cuarto: La necesidad de emplear todos los medios legales para desarrollar una estrategia ética para los medios de comunicación, sobre una base profesional. El objetivo es limitar la difusión del discurso de odio en las redes sociales en nombre de la libertad de expresión y hacer que se cumpla la ley en estas plataformas.
Quinto: La necesidad de desarrollar, adoptar y presentar una propuesta a las organizaciones internacionales para desarrollar planes de estudio (especialmente para la educación infantil) que enseñen los principios y valores religiosos correctos y adecuados, que llamen al respeto y la convivencia y erradiquen todo lo que inspire e incite al odio. También es necesario instar a los líderes religiosos a que apliquen esta propuesta en sus respectivos países, de acuerdo con las enseñanzas de sus religiones.
Sexto: Garantizar que no haya formas de discurso de doble moral entre quienes participan en el diálogo interreligioso. No debe haber un discurso interno que apoye, incite y llame al odio, mientras que el discurso externo condena públicamente el odio en presencia de las personas.
Séptimo: La conferencia subraya que el fenómeno de la islamofobia y de los prejuicios contra el islam no es común a la mayoría de Occidente, sino que es practicado por minorías que ignoran las verdaderas enseñanzas del islam y su esencia, que no están familiarizadas con la historia del islam y su civilización de tolerancia, pluralismo y aceptación de los demás.
Octava: Los participantes hacen hincapié en pasar de esta fase de diálogo interreligioso a una fase de verdadera asociación e interacción genuina entre las instituciones de las religiones, así como de las sociedades civiles. Una sola voz que condene el discurso de odio, independientemente de sus fuentes y originadores.
Noveno: La conferencia hace un llamamiento para comunicar a las instituciones de promoción de diálogo interreligioso eficaces e influyentes de todo el mundo la necesidad de aunar esfuerzos en apoyo de los pueblos oprimidos que sufren discursos de odio y genocidio, como ocurre en Cachemira, la minoría rohingya y los uigures, y para rechazar abiertamente toda forma de odio y opresión cuando y dondequiera que se produzca, independientemente de la raza o la religión.
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