Ana Silva Cuesta*
Con el título “Feminismos, mujeres e islam” se presentó un seminario en la Fundación Euroárabe de Altos Estudios, FUNDEA (Granada) en junio de 2019. En esta ocasión trabajé junto con Asma Lamrabet, autora de numerosas publicaciones en torno a la mujer en el islam, una de las principales voces que actualmente plantean una relectura de los textos sagrados desde una perspectiva femenina y feminista.
El cómo abordar la reflexión de la mujer en el islam fue la primera de las cuestiones que se nos planteó en la elaboración tanto del contenido como del enfoque teórico y epistemológico. Conscientes de que la realidad de las mujeres musulmanas ni es homogénea ni universal −al estar condicionada por contextos particulares muy distintos entre sí−, entendimos que el enunciado debía recoger una fórmula inclusiva. No se trataba de continuar hablando de “feminismo islámico” como único marco en el que se plantea la lucha e inquietudes de las mujeres musulmanas. “Feminismos, mujeres e islam”, fue entonces el enunciado considerado más fiel a la realidad actual de las mujeres en los contextos del islam.
…El olvido, no inocente ni accidental, de la lucha de la mujer musulmana a lo largo de la historia, olvido presente en la historia contada y asimilada como verdad.
Traigo a colación el proceso de fijación del título porque con esta anécdota − también metodológica, sin duda −, se puede introducir una de las cuestiones de mayor relevancia en este tema: el olvido, no inocente ni accidental, de la lucha de la mujer musulmana a lo largo de la historia, olvido presente en la historia contada y asimilada como verdad que, en el caso del islam, asiste al ámbito social, político y religioso. Algo que coincide plena y exactamente con el tratamiento dado a las luchas y a la presencia de las mujeres en el llamado “Occidente”.
Epifanía de la realidad
La misoginia que secunda la historia de la humanidad es universal, así como lo es la ignorancia e indiferencia mostrada a la libertad femenina desde las múltiples instancias de poder. Sin embargo, haberla hecho desparecer de los libros y del conocimiento, haberla negado, no significa, como sabemos, que las mujeres se hayan mantenido impasibles como eternas víctimas del patriarcado. Tanto es así, que se torna fundamental realizar un ejercicio, casi siempre de efecto inmediato, que consiste en dar un giro de conciencia y de orden simbólico para nombrar lo evidente. Nos referimos a lo que la pensadora malagueña María Zambrano llama “epifanía de la realidad”, brillantemente expresado cuando escribe “es al entrar en la conciencia. Y, aún más que en la conciencia, en la luz, en suceso glorioso, la epifanía que tiene toda realidad que accede al fin a hacerse visible”.
Es esta precisamente la cuestión principal abordada en la introducción de mi intervención en el seminario. La epifanía de la realidad que muchas autoras de lengua árabe han aportado en sus obras, con el deseo de hacer visible la tradición femenina de las mujeres musulmanas en sus particulares contextos. Una tradición, constatada siglo a siglo, que recoge el reconocimiento de autoridad femenina como fuente de conocimiento en la genealogía de las mujeres, y que abre paso a la constatación de evidencias no contadas, no narradas en los relatos oficiales.
Como ejemplo señalé a la escritora y socióloga marroquí Fátima Mernissi, especialista en análisis crítico de los hadices, o tradiciones proféticas, a través de su libro El harem político, recurrentemente mencionado en los estudios sobre la mujer en el islam. Si bien, la intención fue introducir una faceta fundamental −apenas visualizada− en su aportación a la reflexión sobre la mujer. Y es precisamente el constante ejercicio de epifanía de la realidad que realiza a lo largo de su obra.
Entre otros ejemplos, distinguí su libro Sueños en el umbral. Memorias de una niña en el Harén en el que recoge la fidelidad a las mujeres de su árbol genealógico como un verdadero telón de fondo de resistencia y de sabiduría frente a las injusticias sociales y patriarcales. Su madre, su abuela y sus tías maternas son nombradas como maestras de una libertad no individualista sino lograda a partir de la cohesión de mujeres que se hallan en relación, en grupo. Puede observarse cuando indica “las mujeres de la terraza (…) hablaban hasta bien entrada la noche sobre el destino y la felicidad, sobre cómo eludir el primero y buscar la segunda.
La solidaridad femenina, era la clave para conseguir ambas cosas”. Una grandeza femenina que también presenta en El poder olvidado, cuando al contar su experiencia en un taller de escritura con un grupo de mujeres en Túnez, en mayo de 1991, dice: “debemos aprender a esclarecer nuestra opinión, a afinar nuestra visión de nosotras mismas y del mundo que nos rodea. No para dominar o llamar la atención, sino sencillamente para decir lo que pensamos”.
El Corán y las mujeres
A su vez, el ejercicio de epifanía de la realidad de las mujeres en el contexto del islam se aprecia claramente inserto al estudiar la obra de la misma Asma Lamrabet. Ofrecí unas referencias muy claras de su libro El Corán y las mujeres. Una lectura de liberación, en el que de forma expresa habla de la invisibilización a lo largo de la historia de la realidad de la lucha femenina: “hay una realidad de revolución femenina que data desde antes de la revelación y que se ha ido continuando en el tiempo. Realidad invisibilizada a lo largo de la historia”. Porque para la autora el Corán responde a inquietudes femeninas, poniendo en el centro a la mujer, por encima de cualquier categoría. Lo hace, de manera especial cuando rubrica el Capítulo II bajo el enunciado “Cuando el Corán responde a las reivindicaciones femeninas”.
Una aportación muy clara y contundente que refuerza lo que Fátima Mernissi fue introduciendo de forma trasversal a lo largo de su producción escrita, y que viene a sentar las bases de una realidad difícil de ocultar, y prácticamente imposible de silenciar. Es la realidad de las mujeres en el seno de las sociedades de régimen musulmán, su fuerza inalterable a lo largo de los siglos, consolidada de generación en generación. Y todas ellas amparadas por referentes femeninos que han sido reescritos por mujeres, como Lamrabet plasma en su libro en relación a Bilquís −una reina demócrata−, Sara y Agar −emblemas del monoteísmo−, Umm Musa y Asia −mujeres libres−, Aisha −la esposa del profeta− o las mubayiat o el compromiso político de las mujeres, entre otras muchas.
“hay una realidad de revolución femenina que data desde antes de la revelación y que se ha ido continuando en el tiempo. Realidad invisibilizada a lo largo de la historia”.
Cuestión distinta es el tratamiento dado al lugar de las mujeres y sus derechos en la exégesis y hermenéutica coránica tradicionales, así como en sus dimensiones políticas. Éste fue otro de los aspectos tratados en el seminario con especial relevancia, sobre los que Asma Lamrabet ofreció las propuestas que ha ido elaborando en sus libros. Sin lugar a dudas la exégesis tradicional ni reconoce el potencial de la mujer ni lo canaliza, más bien se muestra ajena a su problemática. Por fortuna, junto a las aportaciones actuales de resignificación y relectura de los textos, siempre nos quedarán referenciales históricos en los que hubo espacios en la hermenéutica −aunque fueran corrientes minoritarias− para el reconocimiento de la autoridad femenina, pues como señaló Ibn Arabi en el Diván de poetisas árabes contemporáneas “todo lugar que no acepta lo femenino es estéril, no cuenta”.
- *Por Ana Silva Cuesta. Escritora. Doctora en Derecho e investigadora de la Universidad de Granada. Ha centrado su actividad en la investigación de los estudios de la mujer, especialmente en el islam y en el mundo árabe, derecho de extranjería y tratamiento jurídico de la mutilación genital femenina. En la actualidad, es secretaria de la Cátedra de estudios de Género de la Fundación Euroárabe de Altos Estudios, FUNDEA (Granada).
- Fuente: reinamares.hypotheses.org
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