Este domingo, 10 de noviembre, una manifestación contra la islamofobia en París reunió a más de 13.500 personas (conforme a los datos ofrecidos por France Presse). La manifestación involucró a colectivos y activistas musulmanes y movimientos de izquierdas; sin embargo, dividió a los dirigentes políticos, algunos de los cuales no apoyan la noción de islamofobia, además de, por supuesto, reflejar la oposición de la extrema derecha.
La manifestación fue convocada a través de una tribuna publicada en el periódico Libération, el pasado 1 de noviembre, y fue firmada por diversos miembros del partido Francia Insumisa, el Colectivo contra la Islamofobia en Francia (CCIF), activistas por los derechos humanos, y académicos, entre otros. El contexto de la manifestación es el reciente ataque a una mezquita de la ciudad de Bayona, ocurrido el pasado 28 de octubre cuando un miembro de la Reagrupamiento Nacional (antiguo Frente Nacional, partido francés de extrema derecha) disparó contra dos personas tras intentar prender fuego a la mezquita, y el ataque islamófobo sufrido dos semanas antes por una madre musulmana cuando un miembro de este mismo partido de extrema derecha le arrancó el hiyab mientras acompañaba a su hija al colegio. Pero también se desarrolla en un creciente contexto de crispación social con respecto a la población musulmana, el debate en torno al hiyab y el dilema sobre la laicidad de las instituciones francesas.
La manifestación del domingo reivindicaba la convivencia y la libertad para portar el velo u otros símbolos religiosos, el fin de la islamofobia, y de los ataques indiscriminados a la población musulmana. Como proclamaban los asistentes a la manifestación; “Sí a la crítica de la religión, no al odio al creyente”.
La división de la izquierda ante la islamofobia
Sin embargo, pese a esta proclama, son muchos los partidos y movimientos de izquierda que decidieron no participar en esta manifestación, entre ellos, el Partido Socialista o algunos miembros de Francia Insumisa. Entre las razones argüidas destacan el rechazo de estos partidos al uso del término “islamofobia” (proclaman, así, su derecho a atacar a la religión, y no al creyente), la crítica que la tribuna convocante hacía de las leyes que prohíben portar símbolos religiones en las instituciones públicas (la más notable y controvertida, el velo), o la supuesta adscripción e influencia de algunos de los colectivos firmantes, como el CCIF, acusada de mantener posiciones cercanas a los Hermanos Musulmanes. La manifestación también fue rechazada por figuras musulmanas de prestigio como el imam de Burdeos, Tariq Oubrou, que alegó la necesidad de buscar posturas conciliadoras, que no contribuyesen a aumentar la crispación social.
El debate en torno a la noción de islamofobia no es nuevo, como no lo es la justificación del derecho a criticar la religión –cualquier religión–. Sin embargo, no deja lugar a dudas el aumento de la conflictividad en torno a la población musulmana en el país o la expresión de la islamofobia como una forma de racismo contra los musulmanes, basándose en sus rasgos físicos, fisonómicos o de vestimenta. La conocida anécdota sobre las comunidades sijs siendo atacadas en Estados Unidos, al ser sus miembros confundidos con musulmanes, refleja el racismo que rodea a este tipo de ataques.
No deja de ser llamativa la división de la izquierda en torno a una cuestión que afecta a la libertad y la seguridad de una parte de la sociedad francesa, mientras asiste impasible al aumento de la extrema derecha.
No deja de ser llamativa la división de la izquierda en torno a una cuestión que afecta a la libertad y la seguridad de una parte de la sociedad francesa, mientras asiste impasible al aumento de la extrema derecha, que ya fue primera fuerza en las últimas elecciones celebradas (las elecciones europeas de 2019 otorgaron 23 escaños al partido Reagrupamiento Nacional de Marie Le Pen). No sólo eso, también llama la atención cómo, en los dos ataques mencionados, ambos agresores estaban relacionados con este partido de ultra derecha. Es un reflejo más de la falta de complejos de una extrema derecha que ya campa a sus anchas por toda Europa. Sin duda, algo sobre lo que reflexionar también en España tras los últimos resultados electorales.
El siguiente vídeo, difundido por el Colectivo contra la Islamofobia en Francia (CCIF), reproduce algunas de las imágenes de esta manifestación.
Le dimanche 10 novembre 2019 a eu lieu à Paris une marche historique contre l’islamophobie, et pour la liberté de conscience en France. C’est aussi simple que ça. #Marche10Novembre pic.twitter.com/bXz6pnE2bu
— CCIF (@ccif) November 11, 2019
Alfonso Casani – FUNCI
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