Cuando Sebastian Robins y Mona Haydar se conocieron en 2012, fue amor a primera vista. Al poco de conocer a Hayda, Robins decidió convertirse al Islam. Según nos cuenta Robins, “la islamofobia no era por aquel entonces lo que es en la actualidad. No sé si ahora me habría convertido tan fácilmente o de forma tan pública, como hice entonces”. (Vídeo con subtítulos en inglés)
En los últimos años, Robins ha notado grandes diferencias en sus experiencias cuando está sola o con su hijo Safi, frente a cuando está con Haydar. Según nos cuenta, «cuando salgo con Mona, a la gente no le da vergüenza quedarse mirándonos fijamente.» Haydar añade, “Sebastián dice, ‘oh esta es mi esposa Mona’, la gente responden “ah, encantada de conocerte, señora musulmana».
Tras el aumento de los crímenes de islamofobia tras los ataques terroristas en París y en San Bernardino, California, Robins y Haydar supieron que debían actuar. Como nos cuenta Haydar, “sentimos que teníamos que hacer algo para reemplazar ese trauma con amor y conexión… ¿Cómo hacemos para que la gente se acerque a hablarnos?”.
Con la ayuda de café, varias docenas de donuts, flores, su hijo Safy y su perro Ben-Ben, se instalaron fuera de la biblioteca pública de Cambridge, en Massachusetts, para pasar el día con una gran pancarta que animaba a los viandantes a “preguntar a un musulmán”. Las conversaciones trataron desde lo que es ser un musulmán en la actualidad en Estados Unidos, hasta consejos para enseñar a su hijo a ir al baño y conversaciones sobre los Boston Red Sox en béisbol. “Fue muy interesante y divertido”, comenta Haydar.
Poco después, su acto se volvió viral en las redes sociales, animando a cientos de personas de todo el país a iniciar su “Pregunta a un musulmán”. “Lo que quiero que perdure de ‘Pregunta a un musulmán’ es la conexión mágica que se crea”, explica Haydar.
Fuente: Vox
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