Chatterbox, una escuela de idiomas afiliada con la Universidad de Londres, está contratando a decenas de refugiados con estudios universitarios para que den clases de sus idiomas nativos, ofreciéndoles un empleo y una oportunidad de compartir su cultura.
Eiad Ziná, un sirio de 30 años procedente de Damasco, conversa tranquilamente con una joven alemana en árabe en una de las aulas de la universidad. Es la primera clase de tutoría que imparte a su nueva alumna y, a pesar de que en los últimos meses las escuelas de idiomas en Alemania se han llenado de refugiados procedentes de Oriente Próximo ansiando aprender alemán, esta vez es Ziná el que enseña árabe.
«Es algo asombroso poder enseñar tu idioma a otras personas porque les ayuda a comprenderte mejor»
«Es algo asombroso poder enseñar tu idioma a otras personas porque les ayuda a comprenderte mejor», explica el joven al terminar la clase. Las clases las organiza la compañía Chatterbox con la ayuda de la Universidad de Londres.
«Hoy he tenido estudiantes de Taiwán, Inglaterra y Alemania. Conoces a gente de todas partes y eso me encanta», señala Ziná, que también da clases de árabe a través de Internet. El joven huyó de Damasco en 2012, al comienzo de la guerra en Siria. Después de varios años en distintos puntos de Europa, consiguió alcanzar las costas británicas escondido en un ferry procedente de Bruselas. A pesar de que Ziná trabajaba de dentista en Siria y tiene un título universitario, se ha visto obligado a volver a estudiar Odontología en Londres, donde le imparten clases de inglés para que pueda trabajar en Reino Unido.
Una forma distinta de comprenderse
El joven sirio forma parte de un grupo cada vez más grande de refugiados recién llegados a Reino Unido que cuentan con estudios universitarios, a los que Chatterbox ha conseguido dar un empleo como profesores de swahili, árabe, coreano y farsi. Entre sus alumnos hay estudiantes universitarios, hombres de negocios y clientes de toda clase y condición.
Una de las estudiantes de Ziná, Leah Sternfeld, solía dar clases de alemán a refugiados sirios en su ciudad natal, Tubinga, localizada en el sur de Alemania. «Cuando estás aprendiendo un idioma, te tienes que situar a ti mismo en una posición de humildad y creo que es una gran señal de respeto», explica la joven alemana. «No me gusta encasillar a la gente. Quiero conocer a Ziná como persona, no simplemente como refugiado o sirio, y creo que aprender su idioma es una gran manera de hacerlo», añade.
Una fuente de ayuda para los refugiados
La fundadora de Chatterbox, Mursal Hedayat, es una refugiada afgana que llegó a Reino Unido en 1994. La idea de fundar la compañía se le ocurrió al ver los problemas que tuvo su madre, una ingeniera con estudios, a la hora de encontrar trabajo en Londres a su llegada al país. Según Hedayat, hay cientos de refugiados en Reino Unido que están altamente cualificados y que, sin embargo, al igual que le pasó a su madre, tienen muchas dificultades para encontrar un trabajo en sus países de acogida debido a que no tienen contactos profesionales en su nuevo hogar o sus estudios no son reconocidos oficialmente fuera de su país de origen.
«Si toda tu experiencia laboral tuvo lugar en un país que a día de hoy se encuentra en plena guerra civil, es muy difícil que encuentres a alguien que quiera ofrecerte una oportunidad», asegura la joven de 25 años que está graduada en Economía.
En la actualidad, su iniciativa proporciona empleo a decenas de refugiados, procedentes de países como Siria, Irán, Corea del Norte, Sudán, Yemen, Afganistán e Irak. Muchos de ellos trabajaban como abogados, profesores universitarios, médicos y traductores. «Después de pasar meses o incluso años dependiendo de la ayuda humanitaria, sentir que son capaces de ganar dinero por uno mismo supone un gran aumento de la confianza en uno mismo», señala Hedayat.
Fuente: Antena3
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