Ante el acuerdo pactado entre Turquía y la UE el pasado viernes 18 de marzo, y toda la carga de desigualdad que conlleva, optamos por reproducir esta entrevista realizada por Gabriela Sánchez a Nicolás Sartorius en eldiario.es.
«Eso no es Europa», resume Nicolás Sartorius, vicepresidente ejecutivo de la Fundación Alternativas, para describir el acuerdo cerrado entre Turquía y la Unión Europea que pretende expulsar a miles de refugiados. Desde su fundación suelen analizar los retos de cada uno de los Consejos Europeos. Este viernes, los jefes de estado tenían entre manos una decisión que a su juicio esconde razones cínicas y mentirosas: el miedo al auge de la extrema derecha. Más allá de los detalles, el cofundador de Comisiones Obreras y exdiputado del PCE lamenta un pacto que, según entiende, «va en contra de todo lo que es la esencia de la UE».
La UE ha aprobado un acuerdo con el que busca expulsar -de forma «individualizada»- a los refugiados y migrantes que lleguen a las islas griegas de forma irregular. ¿Cómo puede ocurrir esto en la Europa de los valores? ¿Qué significado tiene que la UE haga esto?
Muchas veces se le echa la culpa a Europa, pero esto es responsabilidad de los Gobiernos europeos, son los Gobiernos europeos los responsables de lo que se haga en Europa. Y, por tanto, también hay una responsabilidad de quien haya votado a esos Gobiernos. Si los ciudadanos votan a gente de derechas pasan estas cosas. La responsabilidad, en última instancia, es de los ciudadanos. La situación es lamentable e intolerable y va en contra de todo lo que es la esencia de la Unión Europea.
Además, haber escogido a Turquía para las devoluciones es un grave error porque no es un país seguro en los términos de seguridad. No se entiende: ¿por qué todo ese dinero que se va a dar a Turquía no se le puede dar a Grecia que es un país de la Unión Europea? ¿Por qué a Turquía? Grecia es un país democrático, se le debería ayudar para que pueda controlar todo ese flujo de personas y, a partir de ahí, los países beberían asumir a los refugiados.
¿Y por qué cree que se envían a Turquía?
Les es más cómodo. Porque no quieren pringarse, no han querido pringar a países europeos. Deberían dar el dinero a un país con garantías para que puedan estar atendidos y no hacer un disparate criminal como el que están haciendo con estas personas. Y no solo con Turquía. Países mucho más empobrecidos como Líbano, Jordania. Estos países tienen muchos más refugiados que los que van a venir a Europa. Europa los puede asumir perfectamente pero los envía a Turquía, que tiene muchos menos medios. Es injustificable. La razón es cínica y mentirosa: tienen miedo de que se creen problemas electorales en sus países. Contratan a alguien de fuera, les dan dinero para que resuelvan el problema. Eso no es Europa.
¿Por qué acoger a refugiados aumenta el voto a la ultraderecha? ¿Por qué hay cierto rechazo social a su llegada?
Como es gente pobre, compite con los pobres. Temen la introducción de las costumbres diferentes, es la ignorancia, o el miedo. Históricamente, se ve con miedo al que llega de fuera. Se le ve como a un extraño que viene a nuestros barrios, a nuestras casas. Y la gente de extrema derecha hace una propaganda mentirosa. “Hungría para los húngaros”. Se crea la idea de que vienen a comerse nuestro pan. Pero es justamente lo contrario. Estas personas son fundamentales para el desarrollo de nuestros países.
Es el miedo, es la crisis. La crisis ha influido muchísimo.
Al principio de la crisis de refugiados, Merkel lo vio muy claro, sabía que era bueno para Alemania, porque su país se ha desarrollado por inmigrantes españolas, turcos, etc. Por mano de obra barata y preparada. Los refugiados que están llegando también están preparados. Pero Merkel le ha echado freno porque se dio cuenta de que la extrema derecha le comía el terreno. Hay países que tienen mucho paro. Nadie se cree que para España fuera un problema enorme que viniesen 60.000 refugiados. Se han ido 120.000 españoles. Se actúa de una manera impropia por miedo.
Fuentes comunitarias insinúan que también la UE lo hace como «estrategia» para que no vengan más. Para evitar, como dicen las autoridades europeas, un «efecto llamada».
Es el argumento que siempre dan. El mismo que le han echado en cara a Merkel cuando abrió la mano, el famoso efecto llamada. Hay una guerra espantosa, la gente no se mete en una balsa para jugarse la vida en el Mediterráneo porque le gusta, viene desesperada. No podemos hacer lo mismo que se hizo con los exiliados de la guerra civil española.
¿Recuerda otros éxodos de refugiados anteriores en los que la respuesta internacional fuese mirar hacia otro lado o cerrar las puertas?
Una es esa, la respuesta de Francia con los exiliados españoles. Cuando cruzaron la frontera los metieron en campos abandonados, en campos de concentración, fue una vergüenza. Pudieron encontrar refugio y asilo en otros países como México, que recogió a españoles, lo que le dio un gran fruto y ayudó a su desarrollo. En Francia no les dieron nada y acabaron en campos de concentración alemanes. Esto no se puede repetir. Fue un desastre. Por eso existe el derecho al asilo.
Y como éxodo masivo, el de la Segunda Guerra Mundial. Huyeron muchísimas personas, masas de gente que se movían de un lado a otro buscando refugio. Y, en general, siempre ha surgido una reacción negativa a nivel internacional, porque las poblaciones no aceptan bien que venga gente diferente, de otros lugares.
También ha habido reacciones positivas. El mejor ejemplo es el de Latinoamérica con muchos migrantes. Generalmente, donde hay necesidades para desarrollarse económicamente, se responde bien.
¿Cree que Europa no puede hacerse cargo de los refugiados que llegan?
La cifra de refugiados que tendría que acoger Europa supone un 0,2% de la población europea. ¿Cómo es posible que la UE no pueda absorber un 0,2% más de población? Nadie se lo cree. Además nos vendría estupendamente porque está envejeciendo mucho la UE. Pero ¿saben por qué no lo hacen? Porque pierden votos.
Y el Estado de bienestar no peligra en absoluto. Es al revés.
La UE necesita a millones de personas jóvenes de otros países si queremos que su población, muy envejecida, no acabe sin pensiones. Si se sabe hacer ordenadamente, funciona. Ocurrió tras el éxodo masivo derivado de la Segunda Guerra Mundial. Alemania pegó un salto espectacular gracias a los migrantes. Suecia y Francia también. Si se hace ordenadamente y con mecanismos legales, es una bendición.
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