El término de yihad es uno de los peor empleados por los medios de comunicación, e incluso la RAE (Real Academia Española), en su última definición, de carácter normativo, lo define como “Guerra santa de los musulmanes”. Esta definición, sin embargo, ha levantado protestas entre filólogos y arabistas, que no consideran que refleje el verdadero significado del término.
En este vídeo, la Dra. Dolors Bramon explica el auténtico concepto de yihad, diferenciando, en primer lugar, entre el “gran yihad” y el “pequeño yihad”. El “gran yihad” hace referencia al esfuerzo personal, contra nuestro ego, pasiones y defectos. El “pequeño yihad”, de connotaciones bélicas, se refiere a la lucha defensiva contra aquellos que atacaron con anterioridad a la comunidad musulmana.
Averroes
Esta segunda concepción estaría, además, sujeta a una elaborada ética de la guerra. Para desarrollar esta idea, Bramon cita las reflexiones del filósofo del s.XII Averroes (Ibn Rushd) quien se preguntaba: “¿Cuándo una guerra en un país, cultura o sociedad islámica puede tener el calificativo de yihad? En ella no pueden matarse ancianos, ni mujeres ni niños; tampoco enfermos mentales, crónicos o ciegos. En el yihad, hay que respetar la vida de eremitas, monjes, monjas y hombres de ciencia, a no ser que inspiren sospechas de enemistad. Tampoco se pueden matar campesinos, talar árboles, ni quemar cosechas, sacrificar animales, dispersas abejas o destruir edificios aunque estén deshabitados. Por último, las únicas armas permitidas son la lucha cuerpo a cuerpo y las usuales en aquel momento: lanzas, espadas o flechas, estando está terminantemente prohibido el uso de flechas envenenadas.”
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