El presente artículo, redactado por la profesora y escritora Patricia Almarcegui para Jotdown Magazine, trata el miedo que, tradicionalmente, ha mostrado Occidente hacia el Islam, así como la distorsión que ha hecho, en consecuencia, de su imagen. Como afirma la autora:
“Fruto de siglos de una imagen negativa, el islam parece reunir todo lo que la política occidental no ha querido para sí misma. Como si la igualdad, la fraternidad y la solidaridad fueran conceptos de un país en concreto o de un punto cardinal, Occidente.
Por primera vez, de forma generalizada, han surgido multitud de voces en la prensa y las redes sociales denunciando la vinculación entre el terrorismo y el islam. Antes eran pocas, aunque muy sesudas, las firmas que lo argumentaban y su visibilidad era casi nula. Resultaba muy difícil encontrar plataformas para dejarse oír. Hablar del islam, que no del judaísmo, el budismo, el cristianismo, etc., ni de la profesión de la religión en general, provocaba en el otro una reacción tan negativa como irreflexiva. Ahí quedan como ejemplo las enormes dificultades (que no desinterés) por incluir asignaturas sobre pensamiento islámico, mundo árabe o persa (ambos se siguen relacionando solo con el islam) en los programas de las universidades españolas. O que se obvie el estudio del islam contemporáneo y se continúe trabajando sobre los mismos clichés del siglo XIX, como ocurre con algunas instituciones culturales europeas, o que no se encuentre el espacio adecuado para homenajear en sus aniversarios a los intelectuales que han denunciado dicha relación, como ocurrió con la conmemoración de los diez años de la muerte de E. Said.”
Un cambio en la perspectiva sobre el Islam
Sin embargo, a raíz de la llamada Primavera Árabe, la imagen que el propio Occidente tenía del mundo árabe parece haber comenzado a cambiar, derribando muchos de los prejuicios y del imaginario que se había construido en torno al Islam y a su supuesta incapacidad para albergar regímenes democráticos. A raíz de esta ínfima apertura que ha experimentado la visión que Occidente mantiene del Islam y de la población musulmana, la autora sugiere que es el momento de esforzarse “por ‘deconstruir’ las imágenes negativas de dicha cultura, y clausurar el miedo que provoca. Conocer los mecanismos con los que se ha construido permitiría desvelar otras realidades, así como reflexionar y desmontarlo.”
Para ello sugiere una serie de libros con los que empezar a acercar, derribar estos estereotipos y comprender este proceso de estigmatización que desde Occidente se ha llevado a cabo:
- Maxime Rodinson, La fascinación del Islam, 1989.
- E. S. Said, Orientalismo, 1990.
- Thierry Hentsch, L’Orient imaginaire, 1988.
- Hamid Dabashi, Post-Orientalism. Knowledge and Power in Time of Terror, 2009.
- Norman Daniel, Islam and the West. The Making of an Image, 1969.
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