Mahfuz, Naguib, Hijos de nuestro barrio, trad. D. G. Villaescusa, Madrid, Martínez Roca, 2006.
Naguib Mahfuz (1911-2006), premio nobel de literatura, publica en 1959 Hijos de Nuestro Barrio (أولاد حارتنا), una obra caracterizada por el simbolismo y la perspectiva metafísica [1]. El texto remite a un barrio de El Cairo y a sus habitantes, descendientes de un mismo progenitor, Gabalaui, que podría entenderse como una representación de Dios. Estructuralmente, se divide en cinco capítulos que versan en torno a la miseria y la injusticia imperante en el barrio desde los tiempos prehistóricos hasta la actualidad, y presentan la historia de Adham (Adán), Gábal (Moisés), Rifaa (Jesús), Qásem (Mahoma) y Arafa (la ciencia, conocimiento en árabe أعرف).
La obra ha sido casi siempre analizada en clave religiosa o política, siendo ambas controvertidas y quedando prohibida su venta en muchos países árabes. Mahfuz no reveló nunca una interpretación correcta de la obra, solo señaló la multiplicidad de símbolos presentes y la libertad de interpretación de los mismos, definiéndose como un artista y un escritor de ficción, no como un historiador o un teólogo [2]. En el prólogo, Mahfuz declara, a partir de un narrador anónimo nacido en tiempos de Arafa, que la obra pretende narrar la “historia de nuestro barrio” con la mayor precisión posible, sin mezclar datos y sin simpatías de ningún tipo.
Hijos de nuestro barrio supone una expresión artística desde la que se reconstruye el pasado, propiciando una lectura alegórica de la realidad y planteando reflexiones en torno a los temas más trascendentales de la humanidad.
La importancia histórica del pasado y la construcción de la memoria es una constante en la obra. Esto se materializa, por ejemplo, en el personaje de los poetas, quienes acuden a los cafés todas las noches para contar las historias del barrio, entonando versos sobre la justicia y bondad de Gabalaui así como alabando al administrador y a los jefes, a pesar de la tiranía de estos. El barrio se va dividiendo en sectores a medida que se suceden rebeliones para la liberación de la opresión y la injusticia: “los de Gábal, los de Rifaa y los de Qásem”, fácilmente identificables con el judaísmo, el cristianismo y el islam. En cada sector, los poetas siguen haciendo uso de la literatura y la música para contar las leyendas de sus antepasados, consolidando así una determinada interpretación de la historia y contribuyendo a la generación de distintas identidades colectivas a partir de la importancia de la herencia. Hijos de nuestro barrio supone, al igual que las historias de los poetas en los cafés, una expresión artística desde la que se reconstruye el pasado, propiciando una lectura alegórica de la realidad y planteando reflexiones en torno a los temas más trascendentales de la humanidad.
Una de las principales reflexiones de la obra gira en torno al fracaso en el que desembocan las revoluciones de los protagonistas. Al inicio de cada capítulo, Adham, Gábal, Rifaa, Qásem y Arafa, respectivamente, consiguen acabar con la corrupción anterior e instaurar un periodo de paz y estabilidad en el barrio. Sin embargo, la corrupción y la tiranía no tarden en emerger de nuevo, a mano de los matones, el jefe y el administrador del barrio, quienes poseen la fuerza y los bienes habices, los usufructos del barrio delegados por Gabalaui. Esta consideración es importante, sobre todo por su paralelismo con la realidad histórica y actual. En muchas ocasiones y en muchos países árabes ha podido constatarse ese ciclo en el que, aunque en momentos puntuales haya conseguido erigirse la paz y la estabilidad social, la degeneración no tarda en emerger, lo que parece converger con el pesimismo de Mahfuz en cuanto a la persistencia de la opresión y la injusticia social en la sociedad.
La obra pone en el centro del éxito de las rebeliones los valores religiosos de igualdad, convivencia pacífica y justicia social, y critica el resultado sociopolítico de las mismas en el medio-largo plazo, cuando el nuevo orden social se corrompe muy rápidamente al acercarse al poder. El último capítulo de la obra redirige esa crítica a la ciencia, como paradigma contemporáneo de aproximación a la verdad. Aunque en un principio Arafa presentó sus descubrimientos en nombre del progreso y el desarrollo, rápidamente acabó vendiéndose al administrador, repartiéndose ambos los bienes habices a costa de la miseria de la gente del barrio, y haciendo un uso maquiavélico de los descubrimientos de Arafa, como la creación de armas explosivas.
Las religiones, así como cualquier otro sistema filosófico y ético, tienen una importancia crucial a la hora de promocionar valores universales en torno a la igualdad, la convivencia plural y la paz social.
La obra de Mahfuz es de absoluta vigencia y refleja no solo la historia de un barrio egipcio, sino la realidad contemporánea global. Hoy, a pesar de los avances científicos y tecnológicos, así como del considerable crecimiento económico que el mundo ha venido experimentando desde la Revolución Industrial, la miseria y la desigualdad no solo se han mantenido, sino que han aumentado significativamente. El 76% de la riqueza mundial corresponde al 10% de la población, mientras que el 50% de la población más pobre apenas posee el 2% del total de la riqueza [3].
Hijos de nuestro barrio induce una reflexión que permite pensar que, más allá de las religiones y la ciencia, la paz y la prosperidad social no se derivan de un determinado paradigma de conocimiento que se revela como el auténtico y verdadero, sino de la agencia individual y colectiva por el progreso social y el bienestar humano, tal y como hicieron los protagonistas de esta novela. En este ejercicio, las religiones, así como cualquier otro sistema filosófico y ético, tienen una importancia crucial a la hora de promocionar valores universales en torno a la igualdad, la convivencia plural y la paz social.
Ainara García Sánchez
Referencias
[1] Del Amo M. (1996): “Naŷīb Maḥfūẓ: del realismo al simbolismo”, Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos. Sección Árabe-Islam, 450, pp. 15-24. Disponible en: https://revistaseug.ugr.es/index.php/meaharabe/article/view/14488 [Consulta: 28 de diciembre de 2022].
[2] Stagh, M. (1993): The limits of freedom of speech. Prose literature and prose writers in Egypt under Nasser and Sadat. Stockholm: Almqvist & Wiksell International.
[3] Chancel, L., Piketty, T., Saez, E., Zucman, G. et al. (2022) “World Inequality Report 2022”, World Inequality Lab. Disponible en: https://wir2022.wid.world/ [Consulta: 28 de diciembre de 2022].
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