Este artículo, publicado en The Conversation, recoge los principales resultados del estudio “Antisemitism and Islamophobia: measuring everyday sensitivity in the UK” (Jualian Hargreaves and Daniel Staetsky, 2019, Ethnic and Racial Studies Journal) sobre la percepción que judíos y musulmanes tienen del antisemitismo y la islamofobia en Reino Unido. Este interesante artículo profundiza en el impacto que elementos como la edad, el lugar de nacimiento y la educación, tienen sobre la percepción de la discriminación y el discurso de odio en el país.
El Partido Laborista ha sido acusado de antisemitismo desde que Jeremy Corbyn se erigió como su líder en 2015. Se le ha acusado tanto de promover visiones antisemitas como de apoyar a aquellos miembros de su partido tildados de antisemitas. Al mismo tiempo, el Partido Conservador ha sido acusado de islamofobia “endémica”.
Durante la campaña electoral de 2019, los principales partidos políticos se han repetido mutuamente estas acusaciones de antisemitismo e islamofobia. Más allá del campo político, existe en la actualidad un miedo generalizado en torno a la difusión de prejuicios contra judíos y musulmanes. La primera plana la ocupan los políticos, líderes locales y expertos, pero raramente se discute poco sobre la “gente corriente” y las discriminaciones cotidianas, y no sabemos apenas nada sobre lo que, tanto judíos como musulmanes, pueden considerar ofensivo.
Un estudio reciente, publicado en la revista Ethnic and Racial Studies, realiza, por primera vez, un análisis comparado de antisemitismo e islamofobia, apoyándose en métodos estadísticos y ofreciendo una categorización de los distintos grados de sensibilidad de las comunidades judías y musulmanes hacia el antisemitismo y la islamofobia. Este estudio ofrece una aproximación poco frecuente a las impresiones sostenidas por los miembros de ambas comunidades.
Para ello, se mostraron una serie de declaraciones antisemitas a 1.500 judíos, y de declaraciones islamófobas a 1.000 participantes musulmanes:
Los resultados mostraron una mayor sensibilidad por parte del grupo judío las declaraciones mostradas. Para cada declaración, sólo entre 1-3% de ellos contestó con “no lo sé”. El grupo musulmán mostró un mayor nivel de duda. Entre un 15% y un 22% de ellos afirmó no estar seguro de si se trataba de una declaración islamófoba o no.
Al mismo tiempo, los encuestados musulmanes y judíos difirieron en el “diagnóstico” de las citas mostradas. La afirmación antisemita más ofensiva fue la concerniente al holocausto: un 96% de los judíos la consideró antisemita. No fue la única, otras afirmaciones también reunieron entre un 82% y un 94% de acusaciones de antisemitismo. Sin embargo, la comparación de los judíos con los nazis en su trato de la población palestina fue considerada antisemita sólo por un 73%, la respuesta menos apoyada de todas las consideradas antisemitas. Con un evidente contraste, ninguna de las afirmaciones sobre musulmanes fue considerada islamófoba por los encuestados musulmanes.
Diferencias dentro de cada grupo
El estudio también reflejó diferencias dentro de cada grupo. Los encuestados judíos mayores de 40 años fueron entre un 80% y un 90% más sensibles a las declaraciones que aquellos entre los 18 y los 39 años. La edad no fue un factor diferenciador para los encuestados musulmanes.
La educación constituye un factor importante para ambos grupos, pero genera en ellos reacciones opuestas. Los musulmanes con estudios universitarios fueron un 63% más proclives a encontrar cualquier declaración ofensiva. También se mostraron en desacuerdo en un 70% con las declaraciones que afirmaban la ausencia de valores compartidos entre los musulmanes y Occidente. Por el contrario, el grupo judío con estudios se mostró un 35% menos proclive que aquellos sin estudios a considerar antisemitas las declaraciones sobre Israel o los nazis. Los estudiantes se mostraban un 66% menos sensibles que aquellos trabajadores a las mismas declaraciones. También se mostraban un 56% menos sensibles a las declaraciones que vinculaban a nazis e israelíes.
Otro factor determinante para ambos grupos es el haber nacido en Reino Unido. Los judíos nacidos en Reino Unido se mostraban un 40% menos sensibles hacia la vinculación entre israelíes y nazis que aquellos nacidos en otras partes de Europa. Por el contrario, los musulmanes nacidos en Reino Unido se mostraban el doble de sensibles a las afirmaciones que aquellos nacidos en Asia.
Explicación de los resultados
¿Qué significan estas cifras? ¿Cómo explicar estos resultados? Por un lado, el factor edad en la percepción del grupo judío puede ser interpretado como un factor de memoria sobre el holocausto o acontecimientos como la Guerra arabo-israelí de 1948 o la Guerra de los Seis Días de 1967. Los elementos determinantes que han contribuido a la islamofobia (como las guerras en la antigua Yugoslavia en los 90, el 11-S y los atentados del 7 de julio en Londres) son más recientes. Cuando analizamos la relación entre musulmanes británicos e islamofobia, el presente parece importar más que el pasado.
El haber nacido en Reino Unido afectaba la percepción de los musulmanes encuestados, pero no de los judíos. Es posible, en este sentido, que la situación actual de Reino Unido sea más proclive a aumentar la sensibilidad hacia la islamofobia.
El haber nacido en Reino Unido afectaba la percepción de los musulmanes encuestados, pero no de los judíos. Es posible, en este sentido, que la situación actual de Reino Unido sea más proclive a aumentar la sensibilidad hacia la islamofobia que hacia el antisemitismo (aunque la polémica actual del Partido Laborista pueda contribuir a reducir esta diferencia).
El papel de la educación sugiere que la comprensión de la islamofobia no es la misma para todos los británicos musulmanes. Este hecho contrasta con el antisemitismo, cuyo concepto tiene un mayor recorrido histórico y un mayor alcance. Por ejemplo, parece fácil que el uso de la fórmula “expresión de musulmaneidad o percepción como tal” promovida por el Grupo Parlamentario de Todos los Partidos (APPG) sobre los musulmanes británicos eluda el uso cotidiano de este término.
Sea cual sea la justificación real, la simplificación sobre la influencia que la islamofobia o el antisemitismo tienen sobre musulmanes o judíos no permite una auténtica solución. El estudio muestra lo incorrecto que es asumir que todos ellos siguen una misma pauta de reacción ante estos tipos de discriminación.
Fuente: The Conversation
Traducción: Alfonso Casani – FUNCI
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