Poco antes de la conmemoración del 75 aniversario de la liberación del campo alemán de concentración en Auschwitz, una delegación de altos dignatarios musulmanes visitó el lugar. El acto tuvo momentos conmovedores.
Retraso. Más de media hora después de lo previsto, llega un convoy flanqueado por autos de policía al Memorial de Auschwitz-Birkenau. Pero ¿qué son treinta minutos de retraso cuando se trata de un camino preparado durante casi veinte años? En este día soleado de invierno, llega una de las más importantes personalidades del mundo musulmán a un lugar en el que más de un millón de personas, sobre todo judías, fueron asesinadas de forma sistemática.
«El trabajo libera”, reza un cartel a la entrada del lugar conmemorativo del antiguo campo de exterminio. Ahora atraviesan el portón, juntos, judíos y musulmanes: el secretario general de la Liga Mundial Musulmana, Mohammed Al-Issa, otros dignatarios islámicos procedentes de casi veinte países y la cúpula al completo del Comité Judío Americano (AJC). Esta última es una organización fundada en 1906, que se ocupa de los asuntos e intereses de los judíos a nivel mundial. Desde hace 20 años, el diálogo con los musulmanes es una de sus prioridades. Al-Issa camina en primera fila junto al director de la AJC, David Harris, de 70 años e hijo de un sobreviviente del Holocausto. Se puede decir que son amigos. También aquí.
Al-Issa posa su mano sobre el cuello de Pincus y le ofrece sus condolencias. Tras Al-Issa, le siguen los alrededor de veinte representantes musulmanes venidos de Indonesia, Estados Unidos, Balcanes, Escandinavia y países del mundo árabe.
Las visitas a Auschwitz-Birkenau de delegaciones oficiales suelen tener determinadas rutinas. Pero hoy todo es muy distino. Danil Pincus, neoyorkino de 41 años, guía a la comitiva a través de los distintos espacios, en los que se observan montañas de cabellos de las víctimas, así como zapatos, maletas y cepillos. Pincus relata que los nazis asesinaron a sus bisabuelos y a otros parientes y cómo esta historia todavía afecta a su familia. Tras abandonar el edificio, Al Issa posa su mano sobre el cuello de Pincus y le ofrece sus condolencias. Tras Al-Issa, le siguen los alrededor de veinte representantes musulmanes venidos de Indonesia, Estados Unidos, Balcanes, Escandinavia y países del mundo árabe. Desde Alemania ha venido Abdassamad El Yazidi, secretario general del Consejo Central de los Musulmanes. También se trata de su primera visita a Auschwitz. En el lugar se observan las huellas de los preparativos para la conmemoración de la liberación, el 27 de enero de 2020.
Diálogo judío-musulmán
Toma la palabra Ari Gordon, responsable en la AJC del diálogo judío-musulmán y, a su vez, como la mayoría de los miembros de la delegación estadounidense, descendiente de supervivientes. Gordon cambia del inglés al hebreo y al árabe. Cita la Torá y el Corán. Habla sobre el dolor, la esperanza en algo mejor y la petición de la bendición de Dios. Después, otros dos delegados recuerdan, con emoción, a sus antepasados asesinados. Los participantes encienden velas y las depositan en el monumento. Después se oyen rezos.
Toma la palabra Ari Gordon, responsable en la AJC del diálogo judío-musulmán. Cita la Torá y el Corán. Habla sobre el dolor, la esperanza en algo mejor y la petición de la bendición de Dios.
El rabino David Rosen recita el salmo 23 y entona el kadish, uno de los principales rezos judíos. Después, asistentes cubren el frío suelo con alfombras y los religiosos islámicos se arrodillan mirando a la Meca para rezar. Muchos de los representantes judíos luchan por reprimir las lágrimas de emoción.
«Nunca más”
Después toma la palabra en árabe Mohammed Al-Issa. Un intérprete traduce. Al-Issa dice poder hablar «en nombre de todos los invitados musulmanes” y asegura que todos ellos están «muy conmovidos por lo visto en el lugar, por los terribles crímenes, por este atentado contra la humanidad”. «Es una gran responsabilidad de la comunidad internacional asegurar que algo así jamás vuelva a repetirse”. Ese «nunca más” del dignatario musulmán se repite dos o tres veces más durante su alocución. «Pedimos a Dios que nos ayude a lograr la paz”.
«Al-Issa y yo hemos hecho nuestra elección. Nuestra elección se llama salam, se llama shalom, se llama paz, convivencia, amistad, comprensión mutua”.
El director de la AJC, David Harris, señala después que el hombre siempre tiene capacidad para elegir. «Al-Issa y yo hemos hecho nuestra elección. Nuestra elección se llama salam, se llama shalom, se llama paz, convivencia, amistad, comprensión mutua”. «Qué mejor que lugar para decir algo así que Auschwitz, junto a las cámaras de gas”, se pregunta Harris.
Los 30 minutos de retraso al inicio ya se han olvidado. La visita se ha prolongado casi dos horas más de lo previsto. Autobuses y limusinas negras conducen a los invitados hacia Varsovia.
Fuente: elmundo.dv.com
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