A lo largo de este artículo, Gezim Osmani, activista y escritor para The Muslim Vibe, reflexiona sobre el impacto positivo ejercido por los jugadores de fútbol que han abrazado públicamente el islam. Como reflexiona el autor, los jugadores de fútbol ejercen una gran influencia sobre la sociedad, ya sea a través de sus peinados, su ropa o sus opiniones. La presencia de jugadores musulmanes puede constituir un importante elemento para la normalización de los musulmanes en Occidente.
Últimamente, me han llamado la atención varios acontecimientos que han sucedido en Reino Unido. Uno de ellos fue la campaña de “Punish a Muslim day” (Día de castigar a un musulmán), en el que se enviaron cartas de odio a las comunidades musulmanas y se exponían los premios que se iban a otorgar si “se castigase a un musulmán”. A continuación, copio un extracto del periódico New York Times:
“Las cartas anónimas llegaron este fin de semana en sobres blancos con sellos de segunda clase, se habían enviado a, al menos, seis comunidades de musulmanes de Inglaterra. En su interior había un mensaje tan lleno de odio que hizo sonar todas las alarmas y activó una investigación antiterrorista.
El mensaje informaba de que el 3 de abril sería el “Día de castigar a un musulmán” y concedía puntos por cada acto de violencia llevado a cabo contra ellos: 25 puntos por quitarle el velo a una mujer, 500 puntos por matar a un musulmán, 1.000 puntos por poner una bomba en una mezquita”.
El segundo momento que me hizo escribir sobre esta cuestión fue la imagen de un chico joven marcando un penalti y celebrándolo como Mo Salah, como muestra el vídeo:
Últimamente, ser musulmán no es muy agradable, principalmente a causa de elementos externos que siempre han estado presentes. Sin embargo, el islam, por naturaleza, es una religión de progreso. De hecho, desde un punto de vista islámico, Dios nos desafía a esforzarnos en toda actividad lícita con el fin de alcanzar la excelencia. Un ejemplo de ello son los acontecimientos históricos sucedidos durante la época dorada, cuando los musulmanes sobresalían en el estudio de todas las ciencias (matemáticas, astronomía, biología, química, físicas, medicina, etc.).
“Si es lo suficientemente bueno para ti/es lo suficientemente bueno para mí/si marca unos cuantso/yo también seré musulmán, está sentado en la mezquita/allí es donde yo quiero estar”.
Hoy en día, los agitadores que quieren deformar la opinión pública se centran en la religión. Y no sólo se encuentran en los estadios de fútbol, también incluye a políticos y escritores, periodistas y trolls de internet.
Parecen tener una especial manía a los musulmanes, y hacen lo que pueden para vincular a una comunidad de 1,8 millones de personas con cualquier crimen que pueda haberse cometido, especialmente si se trata de terrorismo. Se han realizado llamamientos para que cualquier persona asociada con el islam sea deportada o encarcelada y –al menos en una ocasión– para que sean las víctimas de la “solución final”, como ya lo fueron los judíos durante el Holocausto. En el caso de los musulmanes jóvenes, se les representa como asesinos potenciales, listos para tomar las armas en nombre de un grupo de bárbaros que ha corrompido uno de las tres grandes religiones monoteístas para alcanzar sus propios objetivos.
Sin embargo, en los últimos años, grupos de jóvenes están haciendo lo que más les gusta al tiempo que “luchan” contra los estereotipos y las etiquetas que se les ha impuesto. Los jugadores de fútbol musulmanes están demostrando al mundo cómo son los musulmanes en realidad. A la cabeza nos encontramos a Mo Salah, de origen egipcio. De hecho, Mo Salah puede ser considerado el típico musulmán: es trabajador, se preocupa por la comunidad y está comprometido con la paz en su país y en el extranjero – es devoto y celebra cada gol postrándose en el suelo, y, en su juventud, ¡incluso perdonó al ladrón que le había robado la casa!
https://www.youtube.com/watch?v=J5h-E9qUHL4
También es interesante el hecho de que no haya mucho odio en el fútbol contra los musulmanes, ni contra los jugadores musulmanes. De hecho, últimamente se canta un himno muy inspirador dedicado a Mo Salah, que dice: “Si es lo suficientemente bueno para ti/es lo suficientemente bueno para mí/si marca unos cuantso/yo también seré musulmán”, y acaba diciendo, “está sentado en la mezquita/allí es donde yo quiero estar”.
Los jugadores de fútbol son considerados creadores de tendencias, que pueden inspirar y emocionar con tan sólo brillar en una industria multimillonaria que tiene una gran influencia. Algunos lucen pendientes o peinados originales, o cualquier otro accesorio de los que triunfan en las redes sociales; pero, también, cuelgan fotos de sí mismos leyendo el Corán en el banquillo o en la Meca durante la peregrinación.
Es un pequeño paso en la lucha contra los estereotipos, y aún quedan muchos por dar, ¡pero la lucha contra el racismo, la islamofobia, los prejuicios y los estereotipos pinta bien!
Fuente: The Muslim Vibe
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